“Thank u, Next”: la nueva era del amor propio, el himno al fin de las relaciones tóxicas
Con “Thank u, Next”, la cantante y actriz Ariana Grande se mantiene en la cima del Billboard Hot 100 con 93,8 millones de streams la última semana en Estados Unidos: la mayor cantidad de streams que alcanza una canción de una artista femenina. Con “Thank u, Next” esta columna reivindica el reencuentro amoroso “con una misma” como principal estrategia para combatir el patriarcado que empuja a las mujeres a la autodestrucción a través de relaciones tóxicas.
Hoy le mando amor a tanta gente que sigue en esas relaciones con el convencimiento de que las cosas van a cambiar. Le dedico esta columna también a quienes lograron salir de ahí y de a poco se han ido encontrando. Entiendo lo que significa, por lo mismo, esta columna también va dedicada a mi ex, con quien comparto aún una profundísima amistad.
Hace un mes se lanzó la canción “Thank u, Next”, el último éxito musical de Ariana Grande que habla de la superación emocional que ha tenido la cantante luego de cuatro importantes rupturas amorosas. Escuchándola alrededor de mil veces fue apareciendo en mi mente una de las frases más repetidas dentro de mis círculos de amistades: “Todas las personas hemos tenido una relación tóxica en nuestra vida” porque ¿qué sería del patriarcado sin la inestabilidad emocional? Además de la violencia tan internalizada que ejercemos día a día con nosotres mismes; ¿qué sería del patriarcado sin la autodestrucción?
Ariana recoge estas preguntas y las transforma para hablar de superar la normalización de violencia en el pololeo (o noviazgo). Lo ha hecho cuando se ha enfrentado a críticas que la señalan como culpable en la muerte del rapero Mac Miller y – SPOILER ALERT – lo tendrá que hacer también cuando le dé algún bajón, que para machistas significará una inconsecuencia a su feminismo. ¡Porque sí, Ariana tendrá bajones! Y está bien que los tenga, son parte del proceso de una ruptura. Ya basta de desentender lo que significa terminar una relación tóxica, basta de reproducir la enseñanza del amor romántico eterno que nos hace aguantar de todo. El patriarcado y el capitalismo sólo utilizan esta normalización para que dejemos de entendernos como personas, para que no lleguemos a amarnos. Muchas veces minimizando nuestras acciones, haciéndonos sentir culpables de dar fin a relaciones de violencia, como también le pasó a Ariana luego de terminar con Mac Miller y el repudio que recibió en redes sociales.
Durante los últimos meses se ha visto cómo las redes sociales son un catalizador y normalizador adicional al mundo offline de la violencia de género hacia las mujeres. Así sucedió con Antonia Garros (23 años) que se suicida en marzo del 2017, motivando la acción de la familia tras la #LeyAntonia para sancionar la inducción al suicidio por violencia machista que se da en las relaciones dañinas. También el reciente caso de Katherine Winter (16 años) quien después de finalizar una relación tóxica, es amenazada por su ex con la exhibición en redes sociales de fotos íntimas de la estudiante, situación que es repetitiva entre adolescentes. Otro caso es el de Valentina Henríquez (23 años) denunciante de Camilo Castaldi – ex Tea Time, hoy El Muerto -, quien tras denunciar al cantante en 2017, ha sido cuestionada en reiteradas ocasiones en su cuenta de Instagram por practicar danza árabe. Valentina se enfrenta constantemente a violencia simbólica a través de la valoración que hacen los medios de comunicación de su comportamiento público y privado. Ejemplo de esto último, ocurrió también con Yuliana Andrea Aguirre (19 años) quien luego de su femicidio y el descuartizamiento de su cuerpo, es expuesta en los medios con titulares como “el amor y los celos la mataron” o “el amor violento de la bella colombiana que fue descuartizada”. Estos se suman seguramente a otros casos no visibles de relaciones tóxicas que mantienen también parejas de la disidencia sexual.
Es emocionante percibir a través del hit “Thank u, Next” cómo Ariana se refiere al tiempo que ahora vive con sus amistades, pasando de los comentarios que la juzgan por cambiar tan “rápidamente” de relación, dándole un giro a su vida y declarando el reencuentro amoroso que está viviendo con ella misma. Emocionante es también escuchar su referencia al matrimonio, que si bien es sumamente romantizado con el amor eterno, lo hace desde la madurez que adquiere tras la separación de sus padres. Una realidad que hoy es más que conocida en Chile, con una cifra que supera los 48 mil divorcios en 2016 y que Ari ve como una oportunidad más de crecimiento personal.
Ariana Grande lo ha estado entendiendo desde hace un tiempo, la realidad de violencia en el pololeo es tan distinta en cada relación tóxica y por lo mismo se hace necesario que entre todes vayamos hablando. Hagamos que los temas de abuso dejen de ser parte del mundo privado, normalicemos hablar de nuestros problemas con personas de confianza y compartiendo nuestra experiencia en los espacios que tenemos, como Ariana Grande a través de su trabajo artístico. Hablar funciona para darnos cuenta de lo que necesitamos para estar bien y en especial para irritar al machismo un rato.
Por Joceline Muñoz, estudiante de Sociología de la UAH