Críticas
26 de Abril 2018

Descolonizar el lenguaje

“Paria”, “desarraigo” y “no-lugar” son palabras que atraviesan el texto con la intención de marcar la experiencia de las escritoras en el lenguaje y la construcción de mundo y subjetividades de lo femenino.

Madame de Staël fue la primera en usar la palabra “paria” para nombrar a las mujeres que cultivaban las letras. Así lo señala Patricia de Souza (Perú, 1964) en su libro Descolonizar el lenguaje, publicado por Los Libros de la Mujer Rota en su colección de 2016. Todas contra el mundo. El texto recopila críticas y ensayos de la escritora peruana, aunados en la apertura de discusiones y reflexiones en torno a la toma de palabra en el espacio público de distintas autoras en un contexto de un lenguaje, una historia y una industria de dominación/hegemonía masculina, como enmarca de Souza.

Flora Tristán, Clarice Lispector, Virginia Woolf, Blanca Varela, Marguerite Duras, Simone Weil, Teresa de Ávila, Joyce Mansour, Catherine Pozzi y Elena Garro, son algunas de las autoras en torno a las cuales Patricia de Souza desarrolla sus pensamientos, siendo muchas veces ella misma como autora, como mujer, como peruana, como migrante, como heredera andina, la que se expone y problematiza. Todas escritoras que en su ejercicio de nombrar, en su instalación de experiencias, pensamientos y construcción de subjetividades tensionaron aquel “no-lugar” social del que han sido referentes las mujeres -esto sin complejizar, claro, con otras aristas que inciden directamente en la fuerza y disposición en ese “no-lugar” como son la clase, la raza-etnia, la edad, la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género, entre otras. “Mientras nuestro lenguaje nos vea como subordinadas, mientras los mitos que nos alimentan sean los de la costilla que sale del primer hombre, mientras no seamos el paradigma sino el correlato, mientras no haya épica, novela, texto sobre quiénes somos, creo que no habrán mayores transformaciones” señala de Souza en su ensayo La revolución del lenguaje.

Acercarse a las vidas de estas autoras desde el prisma del deseo/la ética de transformación en sus acciones, como lo hace de Souza, permite reconocer en sus aportes no sólo la construcción de otros pensamientos y discursos en y sobre lo público, además de otras intimidades y subjetividades, sino también la irreverencia de quienes tomaron las hojas blancas y plasmaron otras posibilidades y tensiones entre el lenguaje, las mujeres y lo femenino.

“Mientras nuestro lenguaje nos vea como subordinadas, mientras los mitos que nos alimentan sean los de la costilla que sale del primer hombre, mientras no seamos el paradigma sino el correlato, mientras no haya épica, novela, texto sobre quiénes somos, creo que no habrán mayores transformaciones”

La autora instala la descolonización -o en su revés, la colonización- en el escenario del encierro de aquella idea/modelo de feminidad hegemónica, de feminidad tradicional. Como plantea en una entrevista en Las Críticas: descolonizar como ruptura epistémica y el lenguaje como territorio. Sin embargo, el lenguaje aquí no sólo aparece como territorio, también lo hace desde lo performativo, como acción transformadora o reproductora, como instrumento y vehículo.

En esa reflexión, el relato de autobiografía de de Souza se levanta como voz insurrecta en la búsqueda de una subjetividad en sus propios códigos, deconstructora en su reflexión y constructora en su escritura de su propia feminidad problematizada. “El uso de la primera persona como arma política, y la discontinuidad en el texto como una forma de grito de protesta en medio de la página”, dice la escritora (Entrevista en Las Críticas, 1 de diciembre en 2016).

En el recorrido literario que propone Patricia de Souza se instala con fuerza el ejercicio de visibilización de las mujeres que nombran. Joyce Mansour “revoluciona el rol pasivo que tienen las mujeres en los textos eróticos”; Marguerite Duras utiliza ese “tono impúdico, directo y personal (…) en el terreno de la transgresión para un reordenamiento del mundo”; en el caso de Teresa de Ávila, “la santa nunca renuncia a esa corporeidad del verbo que se nutre de la experiencia sensorial (…) no se restringe a describir su experiencia trascendental, la revive”; Virginia Woolf, “su imagen de mujer en ruptura con su época (…) su rebelión, su locura, hicieron que se convirtiese en ‘un modelo de mujer’”; entre tantas otras.

“Las escritoras somos numerosas, pero aquellas que deseamos hablar solas, tenemos que ser de alguna forma monitoreadas por un establishment masculino que maneja criterios de interés que no nos incluyen, exigen la mímesis o la sumisión…”

La propuesta, no obstante, no va sólo en visibilizar, también es un tránsito de pensar estas acciones en sus problemáticas, en sus potencialidades y en la interpelación que todavía nos hace la toma de palabra en un contexto donde tenemos un lenguaje y espacios aún androcentristas. Tomar como instrumento el lenguaje que no te nombra y habitar ese espacio que no te piensa. “Las escritoras somos numerosas, pero aquellas que deseamos hablar solas, por nuestra cuenta, tenemos que ser de alguna forma monitoreadas por un establishment masculino que maneja criterios de interés que no nos incluyen, exigen la mímesis o la sumisión, es decir, escuchar sonrientes y paralizadas los prolegómenos de una historia que conocemos hasta la saciedad: las mujeres son imitadoras pero no inician nada”. Como texto insurrecto a esta situación, a este pensamiento, la lectura de Patricia de Souza es importante, es necesaria.

Finalmente, “Descolonizar el lenguaje” propone en su lectura tensiones y posibilidades que nos han de interpelar en nuestros propios espacios. ¿Cuáles son los discursos que hoy en día están construyendo subjetividades? ¿Cómo se está realizando la toma de palabra, espacios y plataformas comunicacionales para cambiar los modelos hegemónicos? ¿Cómo se está dando la participación de las mujeres en ese trabajo de disputa de discursos y modelos en los espacios comunicacionales? ¿Están éstos vinculados a nuestras complejidades dado nuestros contextos y dimensiones identitarias? Son preguntas que no se pueden evadir en la lectura que va armando Patricia de Souza y que también muchas veces pueden llevar a discutir con la autora.

Por María Jesús Ibáñez, periodista e investigadora en temáticas de género en el Grupo de estudio interdisciplinario Prácticas Mediáticas.