29 de Septiembre 2017
Mujeres en el MEDIO del litigio por el poder
Los medios de comunicación legitiman un orden simbólico en el que las mujeres siguen siendo advenedizas en los espacios de poder. Esta afirmación, aunque tajante, es real.
Los medios de comunicación legitiman un orden simbólico en el que las mujeres siguen siendo advenedizas en los espacios de poder. Esta afirmación, aunque tajante, es real.
Los medios de comunicación legitiman un orden simbólico en el que las mujeres siguen siendo advenedizas en los espacios de poder. Esta afirmación, aunque tajante, es real. Pese a que las mujeres han ingresado paulatinamente en el espacio público mediático investidas de poder (sumado con ello el impacto simbólico de la primera mujer presidenta de Chile), las representaciones presentes en los medios continúan produciendo y reproduciendo estereotipos y roles tradicionales que restan legitimidad a sus capacidades y accionar político.
“Nada asegura que se revierta la historia discriminación hacia las mujeres al negárseles espacios de poder. Espacios, que por cierto, -no les son propios-.”
Nos encontramos a las puertas de las elecciones que definirán quiénes detentarán el poder presidencial y parlamentario este proximo 2018. Y pese que para las elecciones parlamentarias de este año debutamos con nuevo sistema electoral y ley de cuotas, nada asegura que se revierta la historia discriminación hacia las mujeres al negárseles espacios de poder. Espacios, que por cierto, “no les son propios”. En la actualidad, sólo 19 mujeres integran el Congreso (15,8 %), lo que da cuenta de su subrepresentación, considerando que constituyen más de un 52% de la población chilena. Esta cifra está muy por debajo del promedio de Latinoamérica que está por sobre el 30%. La baja representación se relaciona con los medios de comunicación en el proceso de comunicación política. Su importancia está en que los medios son actores sociales y políticos que interpretan, valoran y construyen realidad de manera activa mediante sus discursos. Su carácter inmaterial (ideas, símbolos, imágenes) permean las relaciones sociales, la construcción de imaginarios, discursos, actitudes y acciones, en que se inscriben y reproducen las relaciones de poder y de desigualdad entre hombres y mujeres.
“La cobertura en los medios de comunicación sobre las mujeres políticas es escaso y obedece a representaciones de un modelo prescrito de mujer, vinculado a una serie de estereotipos rígidos y universales.”
Es posible encontrar nutrida investigación que constata esta desigualdad. La cobertura en los medios de comunicación sobre las mujeres políticas es escaso y obedece a representaciones de un modelo prescrito de mujer, vinculado a una serie de estereotipos rígidos y universales donde prima una ideología de género dominante. Común es ver en tiempos de elecciones parlamentarias- además de una baja cobertura a las candidatas con relación a sus pares varones- representaciones de mujeres como “histéricas” y “descontroladas”, en contexto de una polémica de campaña. Noticias referentes a sus relaciones amorosas o informaciones que, directamente, apelen a su apariencia física. Incluso, es posible evidenciar la existencia de “mentores”, algo así como personas que gozan de legitimidad pública y que por tanto toman la vocería de estas mujeres impidiendo su visibilidad.
Un estudio realizado por Corporación Humanas sobre las elecciones parlamentarias de 2011, mostró la baja cobertura que presentan en medios de comunicación (13% en caso de las diputadas y un 8% en el de las Senadoras y principalmente de las dos coaliciones de partidos dominantes). La investigación muestra que los énfasis de las noticias se orientaban hacia las candidaturas masculinas, obviando información sobre las candidaturas de mujeres: la cámara a la que postulan, su trayectoria y propuestas. De hecho, en las noticias de carácter programático, la aparición de las candidatas carece totalmente de importancia, siendo únicamente nombradas y escasamente siendo fuente de información respecto del momento político.
“la política mediatizada en la sociedad actual está configurada por la expansión e institucionalización de los medios de comunicación social, como agentes organizativos y articuladores del espacio social simbólico”.
Hoy, como sostiene Llanos y Sample, en una era en que los medios de comunicación han transformado radical e irreversiblemente los procesos de comunicación entre políticos y ciudadanía, el éxito o fracaso de una trayectoria pública depende en gran medida de la posibilidad de acceder a esa ´ventana´ y de cómo somos representadas en ella. Porque distinta a su forma clásica, “la política mediatizada en la sociedad actual está configurada por la expansión e institucionalización de los medios de comunicación social, como agentes organizativos y articuladores del espacio social simbólico”.
En estas semanas los medios han ido demarcando el terreno. La cobertura de dos candidatas presidenciales, Carolina Goic y Beatriz Sánchez – ésta última que se autodeclara feminista-, se ha dejado ver entre luces y sombras: cómo la representación de las mujeres políticas en los medios es un espacio en litigio, en donde los intentos de ellas por resignificarse pareciera desestabilizar el orden social patriarcal que las resitúan hacia su rol secundario. Las modificaciones al sistema electoral, que son de orden normativo e institucional, si bien aportan – en parte- a contrarrestar la baja participación efectiva de mujeres en cargos de elección popular, por sí solas no provocarán una redefinición de las relaciones entre hombres y mujeres. Son las variables macros, alusivas a los imaginarios y representaciones culturales las determinantes, y, en este espacio e que los medios de comunicación juegan un rol fundamental en el litigio por el poder.
Por Macarena Acuña, periodista, con estudios en comunicación estratégica y Magíster en Comunicación Política en la Universidad de Chile. Integrante de la Comisión de Género del Colegio de Periodistas y de Mujeres en el Medio.