Críticas
29 de Enero 2020

Venceremos por quienes ya no están

“Ayer fue el Neco (Jorge Mora), semanas atrás Mauricio Fredes y Abel Acuña, otros y otras que resultaron con daño ocular. Lamentablemente, Gustavo Gatica quedó ciego y Fabiola Campillay, también”. Escribe la sociología Pamela Jáuregui Tobar, por la muerte de Neco.

Quienes asistimos al estadio nunca imaginamos lo peor, siempre creemos fielmente que volveremos a casa. Regresaremos con nuestras familias, amigos y amigas. “Chao mami/papi nos vemos más rato”. Es lo clásico que una dice al salir de la casa y un “cuídate” son las palabras finales. Convencidas que será un buen partido, que lo pasaremos bien en el estadio, que cantaremos hasta romper la voz y en lo posible gritar gol. Abrazar a los tuyos y a quienes, solo por llevar la camiseta del equipo, envolvemos con el triunfo también.

Ayer martes no era la excepción. La ida al estadio fue completamente en calma sin problemas. Cada cual sabe cómo se maneja alrededor del estadio. Cantamos durante 90 minutos al equipo para que ganará, también le cantamos a la yuta y al personaje del 6% de aprobación. A estos dos últimos, recordándoles que el pueblo tiene rabia por cada uno de los crímenes que se han cometido contra manifestantes desde Octubre 2019 y otra gran lista pidiendo dignidad.

Nada hacia prever que al salir del estadio todo iba a cambiar, muchas salimos cantando el himno, recordando un par de buenas jugadas. Pero algo ocurrió, cuando íbamos atravesando la calle Departamental, los ánimos estaban tensos. Muchas familias corrían despavoridas. Niños y niñas llorando. Claro, ahí venían ellos. Esos que disparan a los ojos, esos que gasean por gusto, esos que al agua del guanaco le metieron soda cáustica.

Ayer martes junto a mis amigos fuimos al estadio y llegamos vivos a nuestras casas. Hoy una familia llora y sufre que un integrante ya no está. Un pueblo clama justicia. Porque a pesar de no ser cercanos, teníamos la misma pasión y el mismo ímpetu de reclamar lo justo. La represión de ayer no era necesaria, la criminalización a la protesta tampoco lo es. ¿Cómo les hacemos entender a los poderosos que ese no es el camino? ¿Cuántas personas más deberán morir? Ayer fue el Neco (Jorge Mora), semanas atrás Mauricio Fredes y Abel Acuña, otros y otras que resultaron con daño ocular. Lamentablemente, Gustavo Gatica quedó ciego y Fabiola Campillay, también.

La normalidad a la que llama el Estado, solo cobra vidas. No olvidamos a ninguna persona caída por protestar y manifestarse. El orden del que algunos hablan nos sigue criminalizando. Es totalmente desesperanzador lo que estamos viviendo como país, no sabemos si mañana será quien escribe estas líneas una próxima víctima de la represión o familiares y amigos, es triste porque quienes estuvimos ahí sabemos que ellos fueron, enajenados y fuera de sí, avanzaron con todo lo que pudieron hasta quitarle la vida a un hombre, es realmente peligroso que quienes visten de verde tengan herramientas para asesinar a otra persona y el Estado siga dejando a Mario Rozas en su puesto, de director. Punto aparte son las declaraciones de Karina Soza del departamento de Derechos Humanos de Carabineros.

Seremos enérgicas en pedir justicia, como también seguiremos manifestándonos. No descansaremos hasta que la dignidad se haga costumbre. No perdonamos y no olvidamos.

Por Pamela Jáuregui Tobar, Socióloga.