Críticas
19 de Abril 2018

Medios de comunicación y personas trans

En su columna, Constanza Valdés problematiza la visibilidad de las personas trans en los medios de comunicación, en especial en la televisión abierta. Reconoce que hay un avance y que se han movido los márgenes hacia un cambio cultural. Pero no lo suficiente como para afirmar que las personas trans son protagonistas de sus historias en los medios: relatos y transiciones que hablen de su realidad en el trabajo, la educación y salud.

En este último tiempo, los medios de comunicación, particularmente la televisión abierta, han exhibido reportajes sobre historias que involucran a personas trans con un énfasis en su transición y entorno familiar. En este sentido, se toma en consideración lo vivencial y emocional por sobre otros aspectos de la vida de las personas. Este enfoque ha tenido como fundamento generar emociones positivas en el público para efectos de lograr empatía con la realidad de las personas trans. Así, el morbo ha reinado en la visibilización de todas estas historias.

Si bien esto ha constituido un avance positivo al mostrar personas trans y un paso hacia un cambio cultural, éstos son insuficientes para mostrar la realidad. En el ámbito laboral, las historias exitosas sobre personas trans que han transicionado al interior de su trabajo camuflan una cruda realidad sobre esta población: la precariedad laboral y la falta de acceso a un trabajo decente. No por nada, y de acuerdo a cifras de Red Lac Trans, se estima que en Chile el 95% de las mujeres trans ejerce el trabajo sexual. Misma situación en el ámbito de educación, donde existe un gran porcentaje de niños, niñas y adolescentes trans que diariamente sufren bullying en sus círculos más cercanos, cuyas historias de transición no se rodean ni del apoyo familiar ni del de la comunidad educativa.

No se han realizado reportajes sobre la realidad del cambio de nombre y sexo registral, sus estadísticas y lo denigrante que resultan los exámenes médicos y psicológicos que realiza el Servicio Médico Legal.  Asimismo, los crímenes de odio y los asesinatos a mujeres han quedado sin visibilización alguna y las pocas veces que se han hecho mención, los medios de comunicación señalan que “un hombre vestido de mujer” fue asesinado. Tampoco se enfoca desde una crítica periodística la desidia que han tenido los distintos gobiernos para abordar la histórica discriminación y exclusión que han sufrido las personas trans. Recientemente, a propósito de la visibilización de Daniela Vega como protagonista de la película “Una Mujer fantástica, se observa lo descrito y en demasía. En los reportajes que se han realizado sobre ella, se ha hecho énfasis a su vida familiar y proceso de transición como una mujer trans en el Chile actual. No es coincidencia que en un reportaje de Chilevisión, la transición de otras mujeres trans se haya titulado “Otras Danielas Vegas”, invisibilizando el propio nombre y la imagen de las participantes en la crónica de televisión. En este sentido, el lenguaje que se evidencia en diversos reportajes ha sido insuficiente e incapaz de mostrar la realidad de las personas trans.

“Los medios de comunicación deben promover la participación y visibilización de personas trans en los paneles de “expertos”, mesas de debates televisiva y radial…”

Todo lo anterior tiene como principal consecuencia la visibilización de historias de personas trans pero no la promoción de su participación activa en los medios de comunicación. Ha sido común que en los programas de radio, paneles de “expertos” y programas de debate televisivo, al hablar de la realidad de las personas trans y del proyecto de ley de identidad de género, generalmente, expongan hombres cisgénero (aquellas personas que se identifican con su sexo/género al nacer). Es así como las personas trans son protagonistas de los reportajes de visibilización pero no cuando corresponde hablar de su realidad y las distintas normativas que les afecten. La justificación radica en una noción que aún persiste sobre las personas trans: el paternalismo existente hacia esta población. Si analizamos lo sucedido con grupos históricamente discriminados y excluidos, veremos que la situación es similar. ¿Cómo cambiamos este panorama? La respuesta no es única ni tampoco simple. Sin embargo, es posible establecer directrices al respecto. La solución puede venir tanto de la sociedad civil como de las personas responsables de los medios de comunicación. Por ejemplo, actualmente, en el ámbito de mujeres, existe una plataforma llamada “Hay Mujeres” encargada de visibilizar a mujeres expertas en sus diversas áreas del quehacer público y promoviendo su participación en diversos espacios de los medios de comunicación. Una herramienta similar puede ser aplicada para la participación de las personas trans. En el ámbito de la sociedad civil, no mucho puede ser realizado para efectos de cambiar el enfoque que han tenido los distintos reportajes sobre personas trans. Básicamente, lo único que pueden hacer es educar.

En el caso de los medios de comunicación, la solución es particularmente más simple pero implica un compromiso por parte del equipo editor y productor de cada programa. La lógica sería, primero, promover la participación y visibilización de personas trans en los paneles de “expertos”, mesas de debates televisiva y radial y, segundo, incorporar en éstos y los diversos reportajes, un enfoque sobre la diversidad, que consiste en visibilizar a través del respeto, las diferencias, las capacidades que tienen cada persona y el entorno que la rodea. Este enfoque, aplicado a crónicas sobre trans, tendría como consecuencia visibilizar historias y procesos de transición, pero además las aptitudes que tienen en su entorno laboral; con sus opiniones políticas y de la realidad que les toca vivir. Es así como el valor de una persona trans no lo sería solo por serlo (que es lo que nos muestra numerosas veces los medios de comunicación) sino por ser persona desde un enfoque inclusivo.

Si analizamos la realidad de forma global veremos que el panorama desolador de las personas trans en Chile no solo sucede por la inexistencia de una ley de identidad de género sino que también por políticas públicas que han sido ineficaces en promover el acceso de las personas trans a la salud, educación y trabajo. El Estado no se ha encargado de garantizar, sin discriminación alguna, el ejercicio de los distintos derechos y libertades de las personas trans. Es aquí donde ningún medio de comunicación ha llegado, ni con sus crónicas o reportajes. Así vemos como indispensable un cambio en el enfoque de la visibilización de las personas trans en los medios de comunicación; promocionando su participación y relatando sus historias en primera persona. Un cambio cultural no solo proviene de la educación y de las leyes de la República sino también de la labor que realizan los distintos medios y la prensa.  La igualdad y la inclusión de las personas trans es tarea de todos y todas.

Por Constanza Valdés (@conivaldesc) Licenciada en Derecho de la Universidad Diego Portales, asesora legislativa, consultora en Derecho Público, Diversidad Sexual y de Género. Crédito foto “Remembranza trans 2016” OTD Chile.